El Cuenco De Plata
Las películas de mi vida, de François Truffaut
Las películas de mi vida, de François Truffaut
No se pudo cargar la disponibilidad de retiro
Sentía una gran necesidad de entrar en las películas, y eso lo lograba acercándome cada vez más a la pantalla y abstrayéndome de la sala. Rechazaba las películas de época, las de guerra y el western porque hacían más difícil la identificación; de modo que, por descarte, quedaban los policiales y las películas de amor. A diferencia de los espectadores de mi edad, no me identificaba con los héroes sino con los oprimidos, y muy especialmente con los transgresores. Se entenderá entonces por qué Alfred Hitchcock y su obra consagrada al miedo, me sedujo de entrada, al igual que la obra de Jean Renoir, enfocada hacia la tolerancia: “Lo terrible de esta tierra es que todo el mundo tiene sus motivos” (La regla del juego). La puerta se había abierto, y estaba preparado para recibir las ideas y las imágenes de Jean Vigo, Jean Cocteau, Sacha Guitry, Orson Welles, Marcel Pagnol, Lubitsch y Charles Chaplin naturalmente; las de todos aquellos que, sin ser inmorales, “dudan de la moral de los demás” (Hiroshima mon amour).
François Truffaut
